Jeanette Muñoz
Entre las muchas habilidades de la Muerte, se encuentra la de marcar de un millón de maneras distintas a quienes tienen el infortunio de mirarla a la cara: a Sarah, una de las niñas de La casa del frontón, le desgarró el cuello de su blusa, tan sólo para recordarle que la vejez ya había llegado y atrás quedaban las noches de las fiestas celebradas a la orilla de la piscina decorada con flores blancas.
Frente al ataúd de su padre y las palabras esperanzadoras del rabino, Sarah lloró, no por quien habría de ser sepultado, sino por el destino que aquel hombre forjó para ella y sus hermanas, mujeres insertas en un mundo patriarcal, donde la dominación era el único signo visible del amor familiar y los miedos debían esconderse en el cuarto de baño, mientras los sollozos se ahogaban con el rumor del agua de la regadera.
Los rituales funerarios duraron una semana; más tardó el luto por una infancia malograda, una adolescencia infeliz y una adultez repleta de incertidumbres y culpas que arrastraron a la depresión a todas las hijas de Samuel, el próspero empresario judío. Sarah resiste la prueba refugiada en la comida, no así su “Ilys”, la hermana frágil que decide dejar de existir y despoja de su reflejo a su compañera de infancia.
Sofía Buzali, fundadora de la Academia de Artes plásticas y Visuales (ARTEUM) y finalista del concurso “Escribe tu libro”, se hace copartícipe en el dolor de sus personajes, explora sus pensamientos y las acompaña en un mundo donde, a pesar de las riquezas materiales y la vanidad, se impone el deseo de ser comprendidas, ayudadas y rescatadas de la miseria de la propia existencia.
Bibliografía:
Buzali, Sofía. La casa del frontón. México, Editorial Dos líneas, México, 2007, 120 pp.
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