jueves, 8 de enero de 2009

"Marmotas" adolescentes

Rafael duerme 18 horas diarias, hábito que lo coloca dentro del ranking de los diez animales más perezosos del planeta.
Al día, una marmota suele dormir 23 horas, pero dormiría 24, si no necesitara alimentarse. Los koalas descansan 22, mientras que los gatos lo hacen durante lapsos de 13 a 20 horas.
Por lo regular, los seres humanos reducen, al crecer, su necesidad de horas de sueño. Los bebés requieren un promedio de 16 horas de descanso, los adolescentes de 10 y los mayores de 18 años, tan sólo 7.
Soñar, comer y buscar juegos en Internet es todo lo que Enrique Rafael Peralta hace a sus 18 años de edad. Dejó la escuela, no tiene amigos ni novia, no practica algún deporte y lo único que desea es estar solo.
Desde hace dos años, cuando murió su abuela, todos los días permanece en su cama. “No me siento deprimido, únicamente cansado, desganado y casi siempre me da flojera salir de la casa, pues no creo que haya algo importante que hacer en la calle”, asegura el joven en entrevista para Excélsior.
Rafael cuenta que sus padres desean llevarlo con un psicólogo. “Ellos piensan que sufro de algún tipo de enfermedad mental y están preocupados por mis hábitos. Según mi mamá, podría enfrentarme después a un problema con mi peso o alguna otra clase de enfermedad. La verdad es que si ellos desean llevarme con un psiquiatra yo no me voy a oponer… total, ellos son los que lo van a pagar”.
Por el momento, Rafael no piensa regresar a la escuela ni tiene planes acerca de lo qué podría hacer en algunos años. Le gusta la música y antes tocaba el bajo en una banda de Metal, pero ahora sus intereses musicales se reducen a escuchar los discos de Nirvana, Guns and Roses y algunos grupos de origen nórdico.
Aunque los investigadores de los diferentes institutos de estudios acerca del sueño han decidido llamar a los adolescentes la “generación marmota”, lo cierto es que la sensación de somnolencia y los cabeceos durante momentos que requerirían una mayor capacidad de concentración, pueden tener su origen en los hábitos de los jóvenes o en las variaciones hormonales propias de esta etapa, explica en entrevista el especialista médico del Departamento de Neurología del Hospital ABC, Óscar Sánchez.
“La excesiva necesidad de mantenerse en reposo desaparecerá conforme el adolescente vaya madurando, pero si a los 15 o 16 años persiste la conducta es necesario asistir con un especialista, pues esto podría ser síntoma de problemas psicológicos como depresión o ansiedad, enfermedades provocadas por sus actividades escolares o deportivas o por la existencia de fricciones constantes con sus compañeros”, explica Sánchez.
En el caso de Rafael, el sueño podría ser un recurso para evadir enfrentarse a la realidad. Los largos períodos pasados en la cama empezaron cuando perdió a una persona primordial dentro de su vida cotidiana. “Mi abuela me esperaba en casa para darme de comer cuando llegaba. Cuando iba en la secundaria ella me preparaba mi uniforme y a veces hasta me acompañaba a la escuela”, recuerda.
Es importante recordar que si bien la somnolencia puede ser un índice de flojera, ésta también puede ser causada por otros factores, como las variaciones hormonales propias de la pubertad, capaces de volver sumamente perceptibles a las personas.
Si los síntomas se manifiestan de forma continua, lo mejor es acudir, aconseja el neurólogo, a una Clínica del Sueño. “A pesar de que un tercio de nuestras vidas la pasamos en la cama, muchas veces los médicos generales no tienen los conocimientos necesarios para ayudar a solucionar estas patologías”, explica.
Además, hay ciertas medidas que se pueden tomar si se desea a ayudar a los adolescentes a superar sus trastornos de sueño o sus efectos inmediatos. El especialista en Neurología recomienda evitar factores de riesgo, es decir deshacerse de artículos de estimulación del sistema nervioso central, como aparatos eléctricos.
Se deben establecer horarios fijos para acostarse y levantarse y evitar excederse en épocas vacacionales o fines de semana. Algo que puede ayudar es dormir con ropa cómoda y en cuartos frescos, protegidos con cortinas capaces de evitar la entrada de luz, explica el entrevistado.
Según Sánchez, “los adolescentes necesitan dormir entre 7 y 8 horas, lo mismo que un adulto, pues éstas son las indispensables para iniciar el proceso de biosíntesis, es decir el análisis de la información obtenida durante el día y la restauración de la energía necesaria para el cumplimiento de las funciones vitales”.
La incapacidad del cuerpo de recuperar lo perdido durante un día, puede, en el largo plazo, generar trastornos de personalidad. El cansancio crónico, comenta el entrevistado, puede ser la causa primera de comportamientos intolerantes, irritabilidad, tristeza, problemas cognitivos o de memoria o, en situaciones extremas, brotes sicóticos o aparición de adicciones.
Sin embargo, los casos donde se presenta abuso de las horas de sueño deben ser analizados por los especialistas para tratar de solucionarlos o, de lo contrario, evitar que los jóvenes pongan como pretexto una supuesta depresión que tan sólo tenga como objeto solapar un grave cuadro de flojera.
Rafael pronto acudirá con un especialista, a pesar de que no lo considere indispensable. “Él debe hacer algo de su vida. No puede pasar todo el tiempo en la cama. Una cosa es que descanse y otra, muy diferente, que se olvide de que hay cosas mucho más importantes que dormir, como estudiar una carrera o, simplemente, divertirse con sus amigos”, opina su madre, Ofelia Moreno.


Top ten de los dormilones
Animal
Horas de sueño
Porcentaje del día que el animal permanece dormido
Marmota
23 horas
95.83 %
Koala
22 horas
91.66 %
Perezosos
20 horas
83.33 %
Murciélago café
19.9 horas
82.91 %
Armadillo
19 horas
79.16 %
Zarigüeya
19 horas
79.16 %
Lemur
16 horas
66.66 %
Hámster
14 horas
58.33 %
Ardilla
14 horas
58.33 %
Gatos
13 a 20 horas
54.16 % - 83.33 %
Fuente: Tobler, I., “Napping and polyphasic sleep in mammals” en: Sleep and Alertness: Chronobiological, Behavioral and Medical Aspects of Napping, editado por D.F. Dinges and R.J. Broughton, Raven Press, New York, 1989, pp. 9-31.





¿Cuánto debe dormir un ser humano?
Edad
Número de horas
Porcentaje del día
Niños recién nacidos hasta los 11 meses
16 a 20 horas
66.66 % - 83.33 %
11 meses a 6 años
10 a 12 horas
41.66 % - 50 %
6 a 18 años
8 a 10 horas
33.33 % - 41.66 %
Mayores a 18 años
7 a 8 horas
29.16 % - 33.33 %
Fuente: Neurólogo Óscar Sánchez

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