¿Quién de nosotros se resignaría a enclaustrarse un viernes o sábado por la noche sólo para arrodillarse y musitar un Padre Nuestro detrás de la puerta, bien atrancada, tras oír el toque de las doce en el reloj de la catedral? el que haya levantado la mano, bien puede pedir audiencia con monseñor para confesar el haber mentido, primero porque el ruido del constante tráfico nos impide escuchar el toque de medianoche y, segundo, porque ahora el alma en pena de alguna beata vestida de negro o la quejumbrosa ánima de la Llorona ─cuyas presencias mantenían a los pobladores de la otrora Nueva España con el “Jesús en la boca”─ no son capaces de impedir que vayamos a alguna de las casas de mala nota de esta “muy noble y leal ciudad”.
El cronista, literato, Artemio de Valle-Arizpe logra, mediante su prosa pletórica de barroquismo, transportarnos a los rincones oscuros del México virreinal, para darnos a conocer los temores y concepciones de una sociedad profundamente católica, atrapada entre la veneración a la virgen y a los santos y la conciencia de los pecados cometidos, faltas que no eran purgadas con la muerte, sino que eran arrastradas hacia la otra vida y condenaban a sus dueños a deambular por las callejas llevando consigo el llanto y la muerte.
Historias de vivos y muertos. Leyendas, tradiciones y sucedidos del México virreinal. Apareció por primera vez en Madrid en 1936 y fue reeditado en nuestro país en 1947 y posteriormente en 1981. El año pasado, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes realizó una nueva edición donde se incluyen 31 narraciones sobre aparecidos y sucesos milagrosos presentados bajo la particular óptica del escritor saltillense, quien con su obra logró apartarse de la Historia que de ordinario encontramos en los libros, para mostrarnos las pasiones, dolores y creencias de los capitalinos de otros tiempos.
Bibliografía:
Valle- Arizpe de, Artemio. Historias de vivos y muertos. México, Ábside, 2007, 200 pp.
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