El 2 de septiembre de 1976, los miembros del Politburó del Partido Comunista Chino desfilaron uno a uno frente al cadáver de Mao Zedong, hombre de política, estratega militar, filósofo, poeta e indiscutible líder ─durante casi tres tercios del siglo XX─ de la cuarta parte de la humanidad. La muerte del camarada Mao abrió para el pueblo chino, la posibilidad de instaurar un sistema gubernamental y económico, sino del todo liberal, sí libre de las ataduras medievales impuestas por las diferentes dinastías que se turnaron en el trono del país asiático y por el Partido Nacionalista Chino, el Guomindang.
A poco más de tres décadas de su desaparición física, aún sigue siendo difícil comprender el pensamiento y las acciones de un hombre que forjó en torno a sí mismo un culto popular que degeneró en la idolatría de un pueblo sometido por el terror, la hambruna y la guerra civil. Philip Short, corresponsal de medios como la BBC y la Associated Press, intenta, con Mao, desmitificar la figura del marxista-leninista que, en plena Guerra Fría, se atrevió a desafiar militarmente a Estados Unidos e ideológicamente al Comintern de Stanlin.
En un millar de páginas, Short resume los 80 años de vida de quien, en Shoashan, nació siendo hijo de una familia campesina y quien, con el tiempo, se convirtió en uno de los personajes políticos más emblemáticos del siglo pasado, precursor de la Revolución Cultural China y responsable, por lo menos, de la muerte de cuatro millones de personas.
Bibliografía:
Short, Philip. Mao. Barcelona, Biblioteca de bolsillo, Crítica, 2007. 1047 pp.
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