miércoles, 11 de junio de 2008

Terapia de pareja

El desplazamiento de las formas tradicionales de producción, la incorporación de la mano de obra femenina a las fábricas, pero, sobre todo, la modificación de los roles individuales en la sociedad, generaron, tras la segunda guerra mundial, un replanteamiento de conceptos como el amor, el noviazgo, el matrimonio y la familia. En las décadas sexta y séptima del siglo pasado se plantearon, incluso, formas alternativas de convivencia como las comunas, las uniones abiertas y la soltería sexualmente activa; sin embargo y a pesar de los cambios, es un hecho la necesidad, al menos de las mujeres, de establecerse de manera definitiva con alguien para compartir todos los problemas, necesidades y alegrías de la vida.
Las cosas no son fáciles: las largas jornadas laborales, el estrés, la desconfianza, la rutina y el cuidado de los hijos, propician el desgaste y el posterior desmoronamiento de relaciones que, aunque inicialmente estaban sustentadas en el amor, se convierten en un lastre para la vida de cada uno de los miembros de la familia.
Ante la escalada de problemas, agudizada, muchas de las veces, por los celos o la falta de innovaciones en la vida sexual, el divorcio se ha generalizado como la alternativa más viable, para acabar con una convivencia frustrante y destructiva. Antes de dar ese último paso, la psicóloga española, María Antonia Güel Roviralta, propone a los matrimonios acercarse a su obra Amores y desamores. La vida en pareja, libro donde los interesados pueden encontrar una serie de recomendaciones útiles para salvar su relación o, en determinado caso, concluir con un divorcio, pero de forma tranquila y satisfactoria para todas las partes.


Bibliografía:
Güel Roviralta, María Antonia. Amores y desamores. La vida en pareja. Barcelona, Ed. Océano, 2007, 142 pp.

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